EL ORIGEN KÁRMICO DEL SER HUMANO
AUTOR: PARAPSICÓLOGO Vidmantas Grinčiukas
Los nudos kármicos de las personas existen en el ámbito espiritual de la existencia de Dios.
Este ámbito espiritual es parcialmente conocido por los humanos, ya que se han escrito libros sobre ello, como el “Libro de Urantia”, redactado por diversos practicantes del campo espiritual.
En el mundo existen muchos maestros especializados —sacerdotes, religiosos y otros— que enseñan sobre esta dimensión.
El ámbito espiritual es accesible para muchos, a diferencia del otro lado de la existencia divina:
Los nudos kármicos humanos se forman en el propio Dios, en su mundo espiritual.
El nudo kármico nace de las raíces ancestrales del ser humano: bisabuelos, abuelos, padres.
El movimiento kármico puede transformarse perfectamente si la persona logra acercarse a una versión superior de la conciencia.
La configuración genética kármica del ser humano puede ser disuelta por Dios mismo, si la persona logra desprenderse de los lazos familiares y acepta a Dios en su interior con amor.
Sin embargo, Dios no tiene versiones de “cómo debería ser esa persona”, ya que depende de la cadena filosófica que el individuo sigue en su camino de vida.
En conclusión, Dios no transforma al ser humano, porque este queda sin refuerzo genético en su existencia cotidiana, y además carece de las memorias necesarias para existir normalmente en el entorno de la totalidad.
No posee la información adecuada.
Se dice que el ser humano crea su propia vida, pero una persona con karma de baja calidad no puede construir un camino ideal en la logística espiritual.
El sistema genético refleja el estado del cuerpo material del individuo, mientras que su energía espiritual revela sus características logísticas.
Los especialistas del libro espiritual “Urantia” solo percibieron un lado de la existencia divina, sin notar la logística cristalina que sí fue reconocida por los autores del libro “Anastasia”.
En ese libro se vislumbró la existencia de la logística cristalina de Dios, algo que los niños y adultos índigo conocen bien.
? Importancia genética kármica en el desarrollo humano
La importancia genética kármica depende profundamente de la concepción, nacimiento, crecimiento y maduración del niño.
La vida del niño está influenciada principalmente por el entorno, que es la base de su desarrollo, evolución y trayectoria vital.
Es esencial destacar que los pilares del niño en crecimiento son los padres y la escuela.
La influencia de los amigos puede ser más fuerte que la de los propios padres, especialmente si el nudo kármico del niño está orientado hacia la comunicación, el dinamismo y la actividad.
Es fundamental que el niño crezca en un entorno perfecto, ya que esto le permite desarrollar su potencial en áreas como la bondad, la belleza, el amor, la tolerancia y el respeto mutuo.
Como ya mencioné, el origen divino del ser humano se forma en el propio Dios, y el nudo kármico nace de los padres materiales y otros familiares, especialmente si el alma del niño se forma por primera vez en su existencia.
La estructura del alma del recién nacido es perfecta, pero su espíritu carece de un modelo práctico de información.
Toda la genética biológica del cuerpo del niño está determinada por la genética biológica de sus padres.
El niño en crecimiento depende completamente de sus progenitores y de Dios.
Con la ayuda de Dios, tiene la posibilidad de desarrollar su nudo kármico existencial.
? Reencarnación y resonancia espiritual
Si el alma del recién nacido ya ha sido materializada anteriormente, se le otorga información sobre la estructura de esa alma, ya que su espíritu posee un modelo informativo propio.
Estos fenómenos espirituales de resonancia existencial se llaman REENCARNACIÓN.
Un niño que experimenta resonancia espiritual es una personalidad más independiente que otro niño sin reencarnación, quien está más vinculado al lazo genético de sus padres.
Es importante que los padres comprendan que el futuro de sus hijos depende de sus relaciones mutuas.
El aspecto kármico infantil determina que:
Si el niño es inteligente y los padres no lo son tanto, existe una alta probabilidad de que su alma esté cerca de Dios y haya experimentado reencarnación, ya que la sabiduría espiritual del niño surge a través de su propio modelo informativo, gracias a procesos de resonancia espiritual.
? Elección espiritual en la reencarnación
El espíritu de una persona con buen karma, estando en Dios y deseando regresar al cuerpo físico terrenal, nunca elige una vida material perfecta llena de placeres corporales.
Elige una vida intermedia —moderada— y si desea perfeccionarse profundamente, opta por una entrega difícil: devoción a Dios, al bienestar, al amor, a la justicia y similares.
En el amor divino, se armoniza perfectamente con el Creador.
El fenómeno de la resonancia espiritual puede explicarse por los cambios que ocurren en los procesos internos del ser humano.
Cuando ciertos aspectos procesales coinciden, se manifiestan intensamente y perfeccionan la mente y las habilidades del individuo.
Una persona no reencarnada vive una vida más tranquila, ya que no experimenta procesos de resonancia.
⚠️ Riesgos espirituales en la infancia
Si un niño reencarnado genera negatividad de forma maliciosa, y crece en un entorno inadecuado, puede volverse discapacitado debido a la resonancia espiritual.
La negatividad maliciosa en el niño puede destruir su personalidad a través el campo energético de su cuerpo.
Es crucial que los padres estén iluminados con conocimiento y competencia en la comunicación con sus hijos,
ya que, como mencioné antes, Dios no crea el desarrollo kármico: todo depende de la conciencia de la propia personalidad.
? KARMA: destino, alma y espíritu
? PALABRAS DEL AUTOR
Deseo a los lectores de este libro que busquen el conocimiento necesario, concepciones de vida justas, comprensión en las relaciones, desarrollo de la conciencia y amor,
porque solo con amor se puede alcanzar la perfección y las cimas existenciales.
El origen kármico de las personas es muy diverso y único: a cada ser humano le corresponde su propio pan de vida.
Con amor:
Vidmantas